EL PRIMER GOLPE – Lo que hay después.
Has cambiado, te has vuelto fría.
Ya no sueles salir sola, y cuando no te queda más remedio, pasas más tiempo mirando a tus espaldas que mirando hacia delante. Sigues creyendo que va a ir a por ti.
Duermes poco, duermes mal. Las pesadillas no se van.
